Museo Thyssen-Bornemisza
Transformando la experiencia de arte para los millennials
Los museos juegan un rol esencial en la preservación de la cultura, su aparición en el siglo XVI marcó un hito histórico hacia el valor público y colectivo del arte que definió una nueva era de involucramiento y participación ciudadana. No obstante, las nuevas generaciones, que pueden tener la obra maestra de DaVinci, Dalí y Miguel Ángel desde su móvil, han perdido el sentido de la visita tradicional al museo. Por su lado, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, se ve en una encrucijada terrible. Más del 50% de sus obras son europeas medievales (no tan trendy ni conocidas como para subir a Instagram) y el 65% de sus visitantes son mujeres españolas de la tercera edad y sólo el 6% son jóvenes ¿Cómo atraer y enganchar a las nuevas generaciones a un museo tan tradicional como el Thyssen-Bornemisza de Madrid?
Así fue que se empezó por entender mejor a este nuevo grupo y los comportamientos que lo hacen único, destacando su alto uso de tecnología, su afán por vivir experiencias únicas, más auténticas (menos turísticas) y sobre todo personalizadas. Identificamos tendencias clave en este target, como la necesidad de tener espacios pensados para tomarse fotos para redes sociales; poder tener su Smartphone durante toda la experiencia y que incluso este se vuelva parte de ella; y algo que llamamos interacción sobre apreciación, es decir que los jóvenes buscan mayor interacción con las piezas de arte que simplemente observarlas detrás de un cordón de seguridad. Aunque el museo buscaba incluir más a los jóvenes para que se sientan parte del museo, no quieren destruir la experiencia actual más tradicional y mucho menos eliminar o adquirir nuevas piezas.
¿La solución? Una experiencia paralela de visita física y digital para los jóvenes llamado Miranda, como si fuera la nieta Cool de la abuelita elegante Thyssen. Miranda busca proveer una experiencia inmersiva para los visitantes, invitándolos a tener una participación más activa, colaborando con el arte y la historia de manera más directa. Queremos mostrarle a los jóvenes que las personas y los artistas que vivieron en el pasado no son tan distintos a ellos…varios obsesionados con los autorretratos (¿o debería decir selfies?), los atardeceres y el desayuno (algunos dirán bodegones). Bajo la campaña de comunicación “be part of the past” (sé parte del pasado), traeremos el mundo del arte tradicional a una etapa más moderna, digital e interactiva. El componente social del arte irá al siguiente nivel, incorporando redes sociales, fotografía dentro del museo y collages entre lo nuevo y lo antiguo.
